El Mundo de las Sombras engloba dos de mis pasiones como lector: la fantasía y la historia. Incluir seres sobrenaturales en el mundo histórico medieval es un reto apasionante, que durante cuatro novelas he desarrollado con el permiso de los lectores, ya que sin ellos esta saga no habría podido ver la luz.
De esta manera, el lector puede caminar por las calles de la Constantinopla de finales del siglo XIII:
Ruy trepó a lo alto de la torre que se alzaba majestuosa sobre la puerta y observó que los jinetes se perdían en un pequeño grupo de chozas cerca de las murallas. Varias luces se encendieron en su interior. Entonces la luna pareció desembarazarse del frío manto de nubes e iluminó la ciudad tenuemente. Ruy contuvo la respiración admirado. Desde su posición pudo contemplar la enorme masa de edificios, murallas e iglesias que conformaban la ciudad, sembrando la oscuridad de la noche con un firmamento de luces titilantes. Ruy dirigió la mirada a la zona más cercana, el Exokionion. Encajado entre las viejas murallas de Constantino al este y los murallones imponentes de Teodosio II al oeste, el barrio llamado Exokionion formaba un hermoso valle recorrido por el río Lycos en su nicho.
Al norte el terreno se volvía irregular y formaba pequeñas laderas donde los ciudadanos más acaudalados asentaban hermosas villas, buscando el retiro de una región más abrupta y alejada de la ciudad que la región sur. Esta colina, la quinta colina de la ciudad, acogía numerosos acueductos, canales y pasadizos militares que se comunicaban con las torres en las murallas de Constantino, formando una basta red de comunicaciones entre los límites de la ciudad y el interior. Más allá de las murallas de Constantino los barrios se extendían bajo el manto plateado de la noche. Ruy caminó pensativo y descendió a través de las laderas de la quinta colina, sorteando a las guardias y evitando las casas, monasterios e iglesias. Era el lugar más hermoso de la ciudad. Llegó hasta las puertas del Diplophanario y observó distraído las aguas tranquilas del mar Bósforo. A pesar de la oscuridad que reinaba en la noche algunas embarcaciones recorrían el Cuerno de Oro. Más allá las luces del barrio Genovés iluminaban la costa acechando codiciosas el paso de Gálata.
Participar en la Cuarta Cruzada:
“Tres días después del fracaso la escuadra cruzada se arrojó sobre los muros de la ciudad como alimañas. Durante varias horas el combate se mantuvo nivelado, hasta que dos naves consiguen encallar junto a una de las torres principales. Varios minutos después las banderas del Obispo de Troyes y la del Obispo de Soisons aparecieron en lo más alto de la torre y un torbellino de cruzados atravesó la grieta en pos de la gloria. La puerta de la Ciudadela de Petrion cayó junto a varias puertas más, y las bocas de las galeras venecianas se abrieron escupiendo cargas de caballeros frenéticos. Una hora antes del amanecer todas las banderas de los señores cruzados hondeaban en el interior de la ciudad sembrando sus calles de cadáveres, fuego y sangre. Constantinopla había caído y la furia de los Cruzados era imparable.”
O incluso vivir en primera persona la Batalla de las Navas de Tolosa:

Todo ello, por supuesto, envuelto en el halo que los vampiros, inmortales, hechiceros y licántropos poseen al amparo del velo… ¿Te atreves a entrar en El Mundo de las Sombras, humano? Pues entonces comienza con INMORTAL, y no te arrepentirás de iniciar un camino fascinante…